El momentum es un concepto muy interesante en psicología del deporte, estudiado en deportes como tenis, baloncesto o hockey hielo. se refiere a un positivo o negativo cambio en la mente de un deportista, y en su posterior comportamiento, causado por un hecho o evento que resultará en un cambio en su rendimiento o resultado deportivo.
Un ejemplo claro de esta situación es cuando un tenista supera un 0-40 en contra. En este caso, el deportista que lo supera tiene un resultado positivo y muy determinante en el devenir del partido. Y justo al revés, el que lo pierde. O el fallo o acierto de un tiro clave desde la personal en baloncesto.
En escalada no ha sido estudiado (hasta ahora, claro…), pero sus lecturas son igual de claras. Incluso sabiendo que en escalada no competimos contra nadie, incluida la competición, donde sigues compitiendo contra ti mismo intentando llegar lo más alto posible, sin saber lo que han hecho tus adversarios. Una caída inesperada puede producir una muy negativa consecuencia en tu cabeza que te marque para todo el resto de la vía o de la jornada de escalada. Además cabe la posibilidad de que te la lleves también a casa para darle vueltas. También con una caída en el paso más fácil de la vía o caerte con el descuelgue en la boca y la presa top en la mano.
Aunque creo que lo peros puede ser bajarte de un paso a mitad de una vía al nivel de tu grado o menos, marcará profundamente tu día.
Al contrario, situaciones como superar el paso clave de la vía o ascender una ruta con los seguros muy lejos, o superar un resbalón o un pequeño embarque con éxito, puede ser un momentum muy positivo.
Para saber gestionar estos momentos clave, el trabajo mental del escalador tanto previo como en ese determinado momento es realmente importante. A base de la autoconfianza, el autohabla correcto y otras herramientas psicológicas se pueden superar ambas, positiva y negativa. La negativa para que no nos impacte en nuestra cabeza y en nuestra escalada, dejándola pasar y encajándola como algo natural, y la positiva para aprovecharla como motor interior, y para fijarla como un punto de anclaje al que regresar desde casa en nuestra meditaciones o visualizaciones.