Confianza es una palabra estupenda. Confiar en los demás, en uno mismo es una de las mejores o peores sensaciones que podemos tener. Además, conceptos tan interesantes como la autoconfianza, la autoestima, la autoimagen, el autohabla, la autodisciplina y muchos autos más son básicos en la psicología deportiva y están muy relacionados entre sí.
Todos estaremos de acuerdo que en escalada la confianza tanto en uno mismo como en tu compañero es una característica primordial. Sin ella, la escalada se vuelve arriesgada y peligrosa. Confiar tu vida en tu compañero requiere un nivel de confianza altísimo, en sus posibilidades, conocimientos, forma física y rendimiento.
Y la confianza en uno mismo, la autoconfianza, es, si cabe, mucho más importante. El término fue acuñado primeramente como autoeficacia, por el psicólogo Albert Bandura en 1977*, definiéndolo como la convicción que una persona tiene de que puede ejecutar, exitosamente, la conducta requerida para producir un determinado resultado*. Obviamente, no es una convicción fácil. No vale repetirte en un paso “puedes hacerlo, puedes hacerlo…“, ni mirándote al espejo diciéndote “soy bueno, soy muy bueno escalando”. Sería un chollo, ¿no creéis?. Pues no, nastic de plastic, no funciona así. Ni es necesariamente lo contrario de la ansiedad. Si esperas a que llegue mágicamente a tu interior el sentimiento de confianza plena en ti mismo, lo tienes claro. Esperarás mucho, mucho tiempo. Ni la confianza tiene que ser total, puede ser parcial. Es decir, puedes tener confianza en que tienes muchas más posibilidades en una placa técnica de regletas y agujeros, que en un pedazo de desplome.
En lo que sí coincidimos todos es que es una habilidad esencial para escalar. y para todo, claro. Pero estamos hablando de escalada. Te da muchísimas más opciones de triunfo en los momentos delicados que toda escalada ofrece.
Tenemos la mala noticia de que la autoconfianza no se puede comprar por Amazon, ni se puede pedir al espejito mágico, ni aparece de repente. Cierto es. Pero también tenemos la buena noticia de que se puede trabajar y conseguir, no de hoy a mañana, pero sí a medio plazo. Y todos conocemos y envidiamos a los escaladores que confían plenamente en sus posibilidades, su técnica, experiencia y fuerza. Es decir, tienen la habilidad mental de la autoconfianza.
Vemos algunas fuentes de la autoconfianza. La experiencia propia previa es una fundamental. Sin duda alguna, nuestra vías encadenadas u recorridas completas anteriormente son una increíble fuente de confianza. También lo es la observación de otros escaladores. Pero con cuidado. Si ves a Adam Ondra encadenar una vía, igual no es la mejor manera de conseguir confianza. Pero si ves a algún escalador parecido a ti físicamente, y que consideras de igual o menor nivel, encadenando una vía que a ti te gustaría, seguramente sí te dará confianza. La persuasión o comunicación verbal es otra potente fuente e autoconfianza. Puede ser interna, autohabla, o externa, de lo que te dicen tus compañeros o entrenadores. El autohabla es una herramienta muy poderosa, y puede ser muy positiva o tremendamente negativa. Por eso, es una habilidad a trabajar muy profundamente con todos los deportistas. Y junto con la visualización, pueden alcanzar metas que antes te parecía inalcanzables.
Todo se puede trabajar con la guía de un especialista, e trabajo propio y mucho ejercicios mentales que te ayudarán a ser mucho mejor escalador, disfrutar plenamente escalando y sentirte mucho mejor como persona.
Así que…
* Bandura, A. (1977) Self-efficacy: towards a unifying theory of behavioral change. Psychological Review, 84, 191-215.
* Buceta, J.M. (2020) Psicología del Deporte de alto rendimiento. Ed. Dykinson S.L.